sábado, 4 de agosto de 2012

El momento en particular

 Cuando es el momento donde tienes que tomar una decisión, te dicen que vayas al negocio más cercano y hables con una de las personas que atienden para que te digan donde tienes que ir precisamente. Uno obedece, va hacia al lugar y pregunta donde es. Te dicen la dirección y te diriges al lugar que ya te dijeron, todo va bien, es una decisión importante, medité muchísimo sobre lo que de verdad quiero. Llego donde la compradora más importante del pueblo y le paso lo que ella desea, me hace pasar por una puertecilla y me dice que espere tranquilo. Ahí es donde uno de nuevo obedece y se sienta donde te dicen, y obviamente, estás tranquilo. De un momento a otro llega un hombre ya mayor y se te acerca y te dice al oído que aquí no es el lugar correcto. Entonces es ahí donde uno pesca sus cosas y se dirige de nuevo donde la compradora. Aquí la compradora te dice: Hey Carlitos, me había equivocado de lugar, es por la otra puertecilla. Este es el momento donde vuelves a obedecer y te vas hacia la otra puertecilla. En aquel lugar te hacen sentarte en una silla estúpida llena de resortes estúpidos. Ahí es donde tienes que pararte y mirar por la venta hasta que venga alguien y te diga algo. La decisión es importante, no arruinarlo, sino lograrlo. Llega un joven idiota y me da el lugar donde tengo que ir ahora, me indica unas calles largas y me invita a salir. Aquí es donde tienes que obedecer, como todo en la vida y dirigirte al último lugar, y por así decirlo, el lugar final. La decisión es importante, no debo olvidar lo que decidí ni menos contradecirme. Cuando llegas al lugar te hacen sentarte de nuevo en una silla horrible, pero por lo menos está tenía acolchado. Ahí es donde te hacen esperar como idiota hasta que llega, como en todos los lugares, una joven linda y con buenas tetas, entonces como uno es hombre, ahí es donde se te para la pichula y arruinas todo lo que antes habías decidido.

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