Con una pena doblada
me encuentro acostado,
no sé si decir que me voy corriendo
o botar una lágrima por mi boca,
sabe de un tilde salado,
con ganas de explotar y salir por la puerta más mínima
esperándome tu,
con tu pequeña sonrisa que mira el cielo,
esa misma que besé siempre,
ahora que no la beso,
me pongo a llorar,
me pongo a pensar en que,
en que estás cuando yo voy aquí,
sentado y pensando en que estoy ausente en cada sueño tuyo
en cada almohada,
en cada cálida mañana.
Espérame
que si estoy.