miércoles, 9 de mayo de 2012

En mi vida jamás he bebido ni una gota de verdad

 Yo vivo debajo de una uva comiendo cerezas y cuando me estresa me vuelvo en bote hasta mi propio lote donde viven chicos y chicas, aspirando neoprén y viviendo de ladillas. Yo he estado caballo, el otro día fui a Parque Arauco y me compré una chaqueta Columbia salvaje, igual piqué a huevo con unas minitas, pero que le vamos a hacer, así es la vida del hombre medio normal, medio raro. Me vuelve loco ser tan normal. La normalidad es algo tan alocado y a la vez enfermizo, movedizo y sorpresivo, desanimado. Me apesta Kafka porque todos siempre hablan de él en todas partes, también, me apesta la palabra "tácita", es como tacita, pero con un tilde y eso es lo que me molesta, en definitiva, soy un escarabajo. La literatura también apesta, de hecho no puedo creer como la sigo estudiando; sin embargo, creo que no soportaría la idea de no poder mentirle a los demás. (Ah sí, cada día me encuentro tan aburrido y patético, creo que es porque estoy creciendo... mi nariz claro, sigue creciendo) No quiero llegar a viejo Estábamos Paveando ¿Te cuesta leer?, a mi me cuesta entender como es posible que te cueste. Otra cosa, ni yo me entiendo Mi barco avanzaba lento por entre el paisaje desértico, los cactus me raspaban la piel pero yo me sentía bien, me sentía como en el cielo, sentado al lado de dios padre todo poderoso y dotado. Chascón culiao', puta que es volao pa' sus hueás, igual cuando me vio que llegué a su lado me mandó a la cresta, me dijo que el cielo estaba lleno y me mando de vuelta al mundo real, ¿pero cuál es ese?, ¿este mundo acaso o el otro? Tu te preguntarás cual es el otro, bueno, ni yo sé, lo acabo de inventar. Mi prosa es vergonzosa pero odiosa, no vuelvas a repetir aquellas frases Yo he ido al cine triste, es súper fome y penoso.- jajaja, si yo te hubiera visto te hubiera tirado palomitas en la cabeza.- no me importa, yo te las tiraría de vuelta Soy un test para el consumo legal del opio, la moda hecha droga basada por la realidad. SEAMOS LITERALES, PORFA.

 Formidable, mucho más que eso, mucho más Rockero, muerto, sublime, envenenado, sin querer, medio vislumbroso, medio angustiado. No sé escribir la verdad. Ahora – al igual que “The Clash” – No sé si irme o quedarme. ¿Formidable no?, un desperdicio, un perdedor hecho para otra cosas, apenado por no ser útil en lo que sé que soy inútil. Traigan el confort con rapidez. Acabo de cagarme en los calzones, acabo de cagarme por idiota. Por ser así y vivir de esa forma, un estilo de vida. MAMÁ, ¿DÓNDE ESTÁS?, HEY MAMI, AQUÍ ESTOY, APESTADO PORQUE EL SOL ME DA EN LOS OJOS Y HOY NO TRAJE MIS GAFAS. Tomé la moto y agarré a la Emilia por la cintura, la besé con furia, prendió un cigarrillo y arrancamos de inmediato. Juntos llegamos hasta la costa y nos mojamos los pies, ella con sus Levi’s y yo con mi Wrangler que estaba quemada por culpa del Santiago, el mismo que siempre salía con cada hueá, por eso es mi amigo supongo, por eso somos amigos, somos un par de huevetas. La Emi y yo nos empapamos y nos miramos a los ojos al instante en que ella acariciaba mi cabello con suavidad, la muerte súbita del cielo se dejaba caer sobre nosotros y el fuego enternecedor cubría el ambiente de esferas plomizas y chispeantes. Yo estaba fascinado, vuelto loco. La Emilia llevaba su polera con hoyitos hasta los pechos y cada un segundo mordía con sus eternos labios rojos el cigarrillo que devoraba de placer. Johnny es mi nombre, algo gringo y a la vez común, medio sofocado, medio derrotado, amenazado por el desierto, pero sin miedo alguno. Los cactus acompañaban nuestro paso y nos dejaban invadir el territorio que a escondidas habíamos robado. Emilia y yo sabíamos que significaba perder, pero claro, estábamos perdidos en nuestra propia perdición colectiva, algo llamado así como, “La jaula de las malas aventuras”, un sistema cerrado y no apto para que entres tú.

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