jueves, 23 de diciembre de 2010

Sonrisa


De repente una piedra cae precipitadamente sobre mi cabeza, veo para arriba y la televisión me dice que ya no se puede juzgar a las personas, mi mente se puso intranquila y solo supe actuar cuando los arboles cayeron bajo la mirada de dos jóvenes que se cruzaban siempre y acostumbraban a ver sus cuerpos desnudos bajo el sol silencioso.

Ahí estaba Raul y Preciosa, que se amaban y se desamaban, que se encantaban y se desencantaban, pero no de ellos mismos, si no de los demás, Raul y Preciosa habían pasado por tantas cosas que ya no aguantaban las estupideces de los demás, Raul y Preciosa eran solo dos jóvenes con millones de aspiraciones y despreocupaciones en el cuerpo, Raul acostumbraba a mirar a Preciosa por horas y luego besarla unas cuantas horas más.

Un día, Raul caminó por la cara de Preciosa y se puso a discutir si es que la verdadera razón de la vida era enamorarse, a el le daba lo mismo, el no quería ni seguir caminando ni discutiendo, raul tenía un problemas de inestabilidad, no sabía que estaba bien o que estaba mal, solo sabía lo que todos sabían, la vida es más fácil cuando tienes problemas, Raul no era cuerdo, no importa.

Raul se encontró con Preciosa justo afuera de la calle Dinamarca, estaba parada con un chupete en la boca y escuchando a una de esas bandas que todos ahora escuchan, Raul lo único que hizo fue sonreír y sonreír, sonreír tanto que la boca se salió de su cara, los dientes le crecieron y sus pupilas azules se volvieron dementes al ver que todo el sistema bucal se adecuaba en una atmósfera que nunca había visto. Algunos franceses comentaron que desde el otro lado del mundo pudieron ver la sonrisa de Raul, los japoneses siempre tan astutos alabaron la sonrisa de Raul y notaron que hasta sus dientes tenían deformidades, Raul sonreía y sonreía, Preciosa no entendía nada y espero por una millonada de años para que Raul pudiera dejar de sonreír.

Pasó el tiempo y la sonrisa de Raul se había achicado hasta caer al suelo, Raul miró triste a Preciosa, Preciosa le sonrió y simplemente se guardó la sonrisa de Raul en el bolsillo y lo tomó de la mano, "vamos Raul, has sonreido tanto que tu sonrisa está cansada, dolida y golpeada", Raul lloró de felicidad.

1 comentario:

  1. Entonces Preciosa le hace mal a Raul, no es bueno que Raul pierda su sonrisa por alguien que no entiende que pasa.

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