domingo, 18 de abril de 2010

Aches

 Había gente, mucha gente, tanta gente que la misma gente que paseaba entre la gente se aburrió de ver gente.
 Habían piedras, demasiadas piedras, tantas piedras que hasta las mismas piedras apiedraron cada piedra que apiedraba las piedras en el lugar.
 Habían atropellos, tantos atropellos que los mismos atropellos que atropellaban los atropellos se atropellaron para atropellar cada atropello.
 Había vida, un montón de vida, que cada vida que daba vida a la misma vida, dejaba vivir a la vida que vivía tranquila.
 Hay amores escondidos, tantos amores escondidos, que cada amor escondido dejaba amar en escondida a los que aman en escondida de una manera que sólo el amor a escondida entendía.
 Hay un sol, un sol brillante, un sol que con su brillo tan magnífico asolea cada sol brillante que con su sol brilla.
 Habían colores, tantos colores que los mismos colores que coloreaban los colores en las piedras atropellaron a la gente que coloreaba la vida de los amores escondidos en cada sol que brilla con vida y color.

1 comentario: